Sobre la enfermedad Chicungunya
La fiebre chikungunya (CHIK) es una enfermedad endémica en
África y el sudeste asiático que se ha extendido al continente americano,
especialmente en las islas del Caribe.
EL CHIK PRODUCE DOLORES SEVEROS EN ARTICULACIONES QUE PUEDEN
PERSISTIR DURANTE MESES.
La infección provoca fiebre que puede ser muy elevada con
una duración habitual de tres a cinco días. Importante es el dolor y la
inflamación de las articulaciones (artralgia y artritis) que comienza al quinto
día del cuadro y compromete múltiples articulaciones (habitualmente 10 o más).
Las mismas presentan un intenso dolor que aumenta con la movilización.
Otras características son las manifestaciones cutáneas con
un erupción rojiza en la piel que aparece en los primeros 10 días y puede durar
una semana. Es excepcional que estas lesiones sean hemorrágicas. También
presenta dolor de cabeza y musculares y síntomas gastrointestinales. Las
complicaciones graves son poco frecuentes, pero en las personas mayores puede
contribuir a la causa de muerte.
El diagnóstico de la enfermedad se confirma mediante el
análisis de sangre con la detección de anticuerpos tipo inmunoglobulina M
contra chikungunya.
Las alteraciones más comunes de laboratorio asociadas al
cuadro son la disminución en el número de plaquetas y glóbulos blancos
(linfocitos). En algunas situaciones puede haber alteración de las
transaminasas es decir, una hepatitis. Es importante recordar que después del
cuadro agudo de esta infección, los dolores articulares pueden persistir por
meses.
El vector
Al igual que en el dengue, el virus chikungunya se transmite
a través de los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus.
Las medidas de prevención indicadas para evitar la
circulación del virus chikungunya son similares a las del dengue. Estas
consisten en eliminar los criaderos de mosquitos, básicamente en recipientes
que contengan agua tanto en el interior de las casas como en sus alrededores.
Queridos oyentes y les recuerdo que deben ser muy serios con
respecto a la prevención; no esperen
encontrarse en la sala de espera de un hospital a las 2 de la madrugada con
alguno de sus hijos, para reflexionar y
recordar que nunca se preocupó por los recipientes de agua que había en su
casa.
Tenga presente que:
¡AL MOSQUITO NI AGUA!. . .