martes, 1 de abril de 2014

Cómo evitar que el estrés se convierta en angustia




El estrés nos afecta a todos en algún momento de la vida. Aprender a lidiar con él puede suponer la diferencia entre una vida llena de satisfacción, donde podemos superar los retos que se nos plantean, o una existencia marcada por la frustración y el pesimismo.
Algunos consejos para manejar el estrés.
El estrés no siempre es malo
Tener estrés puede llegar a ser positivo y suponer una motivación para hacer las cosas. Es una forma de que nuestro organismo se ponga en alerta y reaccione.
En el deporte, por ejemplo, el estrés de ver cómo otros pueden hacerlo mejor que uno mismo hace que nuestra energía se active y que nuestras habilidades muestren su mejor cara. Este tipo de estrés, bien manejado, nos ayuda a sacar el máximo provecho a la vida.
Al hablar de estrés, en general, nos referimos a nuestra reacción a determinados estímulos.
Si nuestra reacción es desmesurada, los niveles de estrés se disparan y provocan una incómoda sensación de lucha o huida. La adrenalina se libera en el torrente sanguíneo, los músculos se tensan como si fueran a luchar o correr y las pupilas se dilatan para controlar el entorno.
Cuando aprendemos a manejar el estrés, esta respuesta no es tan exagerada. El cuerpo solo activa este instinto de protección en momentos de peligro real.
Pero si el estrés nos domina, entonces podemos experimentar estas sensaciones mucho más a menudo de lo que nos gustaría.
¿Cómo sabes si estás demasiado estresado​​?
Los niveles altos de estrés pasan factura a nuestro cuerpo. Puedes saber si estás demasiado estresado cuando experimentas a menudo:
Mareos *** falta de sueño *** dificultad para concentrarte *** fatiga *** irritabilidad *** pérdida de apetito *** disminución del deseo sexual y pare usted de contar…  @@@@@@@
Cómo defenderse del estrés
La buena noticia es que no tienes por qué ser una víctima del estrés. Puedes utilizar algunas técnicas eficaces para controlarlo y para minimizar sus efectos. Verás cómo te sientes mucho mejor, usando esta tres técnicas que te voy a enseñar.
1. Planifica tu rutina diaria. Muchas veces el estrés aparece porque no tenemos el tiempo suficiente para realizar las tareas de nuestro día a día. Si siempre vas con prisa a los sitios o te levantas con mucho sueño, puedes probar a salir de casa con antelación y a meterte a la cama un poco más temprano.
2. Dedícate un tiempo cada día. Aunque seas la persona más ocupada del mundo, es fundamental que todos los días destines un tiempo para estar contigo mismo. Haz algo que te gusta, escucha música, lee, medita o relájate con un baño. El objetivo es que tengas un momento al día para relajar la mente y el cuerpo.
3. Haz ejercicio. La meditación o el yoga puede ayudarte a aliviar el estrés. Sus diversas posturas no solo ayudan a tonificar los músculos, sino que también promueven la relajación, además de mejorar la conexión mente-cuerpo.
El estrés puede ser un gran aliado que te impulse para lograr tus objetivos.
Pero también puede convertirse en tu peor enemigo. Utiliza las técnicas anteriores para controlar el estrés y no permitas que se convierta en cuadro de angustia incontrolable.