La cebolla previene y ayuda a combatir ciertas enfermedades
de los bronquios y pulmones confirmado por científicos y doctores naturópatas.;
por lo que es importante considerar los
antecedentes, por ejemplo es de todos conocido
que en 1919 fue una fecha en donde la gripe dejó 40 millones de víctimas, mediante
observación un médico al visitar a una
granja descubrió que todos los residentes
de la misma estaban saludables. El médico preguntó a la esposa de uno de los
habitantes y le dijo ella que había colocado una cebolla sin pelar sobre un
plato en la habitación de cada uno de sus integrantes, pidiéndole el médico le
entregara la cebolla utilizada la estudió en el microscopio, encontrando en la
cebolla los gérmenes que penetran en el organismo y son los causantes de la
enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud le ha reconocido a la
cebolla su capacidad de aliviar ciertos síntomas de la influenza como la tos,
congestión, etc.
La cebolla absorbe los gérmenes del aire por lo que evita
que entren a nuestro organismo por lo que recomiendan tener siempre cerca una
cebolla en los lugares que más frecuentamos, esto es en la casa, oficina, etc.
y cambiarlas por una cebolla recién cortada una vez que ya haya perdido ésta su
olor y color.
Por otra parte, un estudio realizado por la Revista
Británica de Nutrición (British Journal of Nutrition) demostró que las personas
que consumieron un alto contenido de quercetina (contenida en el caldo de
cebolla) tuvieron una mejor respuesta inmunológica siendo menos propensos a
padecer enfermedades cardiovasculares.
La cebolla contiene las vitaminas A, B, C, G y E, es
antiinflamatorio, ayuda a descomponer o desintegrar mucosas, compuestos
sulfúricos como tiosulfinatos, etc.
La cebolla además ayuda en el estreñimiento, expulsa
lombrices, ayuda a aliviar ciertos síntomas causados por el insomnio, diabetes,
tos, anemia, etc.